Carnaval de Málaga: una excusa de excepción para el encuentro y la fantasía
Reinas, dioses y drag queens se adueñan de las arterias principales de una ciudad volcada a la calle en la celebración de sus tradiciones.
Las grandes ciudades suelen caracterizarse por la variedad de las oportunidades que se presentan a la hora de elegir la condición de un evento.
Suelen
exhibirse, entonces, programas para todos los gustos y para todas las diversidades
sociales, para todas las edades o para
los diferentes círculos profesionales.
Hay
espectáculos que acogen a determinados intereses y que, al mismo tiempo, en la
obviedad de las diferencias, interesan a determinados públicos.
Sin
embargo, y debido a esa amplia pluralidad, hay ocasiones en las que se disfruta
de un aforo ilimitado de coincidencias, con una acogida general que convierte
una fiesta ciudadana en una tradición familiar, arraigada fuertemente en el
corazón de las agendas populares.
Eso
es lo que sucede con el carnaval de la ciudad de Málaga.
Fiesta
en la ciudad
Ni
bien se retiran de las calles las suntuosas luces de la navidad, con sus velos
de significativa sensibilidad, se despliegan las máscaras y las serpentinas
luminosas que engalanarán las esquinas durante los días siguientes para recibir
a una comitiva de alegría y extrema expectación hacia un nuevo carnaval que
vestirá de murgas, disfraces y cámaras de fotos las principales arterias de la
ciudad, dispuestas a darle calor al invierno malagueño que se transforma,
gracias a los cantos y bailes, en una estación nueva que coloreará las calles con
lentejuelas y brillos.
La
extensa calle Larios, que une el puerto con el centro de la ciudad, brindada en
exclusividad al paseo, a las procesiones festivas y a los escaparates
comerciales, se convierte, en estos días, en protagonista de la fiesta.
A
través de ella nos dirigimos hacia la Plaza de la Constitución, núcleo principal
del carnaval de Málaga.
Esta
plaza, afincada en el corazón del centro histórico, defiende su hegemonía
pública con la belleza de un entorno inigualable y un deje nazarí que la vuelve
única y necesaria para una ciudad que recurre frecuentemente a sus dominios
para la exaltación de sus festividades y agasajos populares.
Allí
se levanta un escenario de colores, luces y dimensiones extraordinarias sobre
el que se desarrollarán los pases de los aspirantes a los galardones de Reina del
Carnaval, con trajes majestuosos en originalidad y colorido, y de Dios Momo,
con brillos, plumas y máscaras que
generan elogios en la contundencia de lo inigualable.
El
codiciado broche de estas noches de carnaval lo da el sorprendente desfile de
Drag Queens, cuyos artistas ostentan un atractivo, indudablemente, sin
parangón.
Envueltos
en la excentricidad de sus atuendos, fantásticos ornamentos y maquillajes que
rayan la exageración, los candidatos al galardón de Drug Queen del carnaval de
Málaga se mueven, despampanantes, sobre plataformas de vértigo con desbordante
sensualidad, deleitando al público con un talento artístico extraordinario que
compagina el canto, con el baile y una fastuosa puesta en escena,
convirtiéndose en un espectáculo de desbordante magia y expectación y en el
centro de atención de la noche del último sábado de carnaval.
A
éstas magníficas elecciones he tenido el honor de ser invitada, concediéndome
así la oportunidad de formar parte de un jurado ansioso y entretenido y de una
comitiva de privilegio que lleva adelante una de las fiestas más divertidas del
año durante el mes de febrero, en el centro de la ciudad de Málaga.
La
consigna en estos días: un disfraz, antifaces muy coloridos y buena predisposición
para olvidar el embate propio de los problemas de la actualidad española y
sumergirse en la caravana de música y fiesta que ostentan las callas de la
ciudad, degustando con ahínco y satisfacción el bagaje de colorido y voces que
brinda una ciudad cuya sociedad e infraestructura se vuelcan, con toda la intensidad
de sus voluntades, a homenajear la alegría a través de sus más antiguas tradiciones.
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2013/02/16/nosotros/NOS-11.html
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