Málaga: una ciudad de Alta Costura
No
hay excusas para el aburrimiento y un evento acarrea otro, y una relación te
invita a otra en el mismo momento de nacer.
El
malagueño tiene una hospitalidad que se acrecienta con la curiosidad y un
espíritu alegre y despierto que imprime en cada esquina de su ciudad y en cada
una de sus costumbres y tradiciones.
Málaga
no sólo despliega una geografía sorprendente sino que, además, posee un bagaje
cultural digno de las ciudades más importantes del mundo.
En
ella se recrean artistas de todos los niveles y de todas las inclinaciones
culturales para exhibir sus obras ante un público generoso en aplausos y ávido
de capacidades valientes.
Cuando
se combinan la magnitud de su infraestructura y esas capacidades valientes que
ostenta, surgen espectáculos de repercusión internacional y encomiables
dimensiones como lo fue la Pasarela Larios Málaga Fashion Event, los pasados 14
y 15 de septiembre.
En
un punto neurálgico de la ciudad, a través una de las calles céntricas más
emblemáticas de Málaga y sobre una alfombra de trescientos metros, azul como el
Mediterráneo que baña las costas de sus playas, diez prestigiosos diseñadores
malagueños y siete firmas comerciales de la ciudad se dieron cita para
desplegar su vertiente artística de tules, sedas y bordados ante una
expectación sedienta de moda y espectáculo.
La
noche se abría sobre la ciudad con los últimos hálitos del verano mientras a lo
largo de la alfombra se dejaban admirar figuras femeninas muy altas y delgadas
en trajes majestuosos, caricias de sedas estampadas, faldas vaporosas,
cinturones de pedrería y gráciles bailarinas ornamentando con sus vuelos de
ballet los espacios en los que se aderezaba el silencio con la expectación, a
la espera de los siguientes pases en altísimos tacones de aguja y vestidos de
escotes prominentes.
Hoy,
algunos días después, las ocasiones buscadas me acercan a tres de los
representantes de esta pasarela de moda, convertida en la más larga de Europa y
a los sitios en donde residen, en armonía, el trabajo y las ilusiones, y en
donde los sueños toman figuras de drapeados y bordados de inigualable
hermosura; sitios en donde se olvidan las tempestades y siempre brilla el sol, en
destellos de vigorosa belleza, sobre hilos de seda y lentejuelas.
Desde
la puerta de su taller nos esperaba con una sonrisa en los labios que no
abandonó en ningún momento, mientras nuestra curiosidad se adentraba en su día
a día, ordenado y silencioso.
Su
atelier lucía impecable. Nos recibió con una generosa timidez que, en el
transcurso de los minutos, se hubo afianzado en confortabilidad, rayando el
típico desparpajo verbal malagueño.
Jesús
Segado es una persona de una transparencia extraordinaria y de una versatilidad
creativa que lo lleva tanto a destacar con sus diseños de alta costura, sus increíbles
bordados artesanales y sus faldas de infinitas capas con acabados de puntilla, como
a pintar cuadros de maravillosos colores y tamaño, dispuestos para dejarte con
el cuello en alto y la boca abierta durante largos minutos.
En
su departamento de corte y costura lo acompaña Salvador. Los rayos de sol de la
tarde se filtraban por la ventana iluminando el brillo natural del encaje que
Salvador estaba cortando sobre la mesa de trabajo. Acercó tímidamente su cuerpo
menudo hacia nosotros y nos endulzó con un abrazo cargado de suavidad y
timidez.
Del
pequeño “laboratorio” textil de Jesús Segado salen sus creaciones. Sus diseños
cuelgan de la pared, esbozados con delgados trazos negros sobre papel blanco,
enfatizando la delicadeza de sus líneas y la femineidad que caracteriza a sus
colecciones.
Tiene
un estilo elegante, de líneas exquisitas. Su colección fascina por la serenidad
de sus diseños y la combinación del clasicismo que lo caracteriza, con detalles
vanguardistas como tintados a mano, aplicaciones de mariposas, grandes lazos en
los escotes o bordados increíbles en hombros y bajos.
Transformamos
la tarde en nuestra pasarela personal y su talento y la afabilidad de su cercanía
me he traído a casa, dentro del corazón, con la sincera gratitud hacia las
situaciones que te regalan momentos inolvidables.
Jesús
Segado es un diseñador malagueño excepcional, franco y espontáneo. Su sencillez
hace grande su trabajo y sus trajes embelesaron, un años más, la pasarela más
larga de Europa en Málaga.
Entramos
al atelier de Ángel Palazuelos intentando no importunar su agenda completa a
destajo con sueños de bodas y eventos increíbles que cuentan con su invaluable
asistencia.
Mi
hijo Agustín tomó asiento cerca de mí y acomodó su cámara Nikon junto a él.
El
diseñador se encontraba en su despacho, ultimando los detalles de una hermosa
peineta que requería de toda su pericia y de la labor de sus manos, ágiles y
precisas, para engalanarla con una mantilla negra.
Inmediatamente
vernos, levantó la vista y se puso de pie.
Ángel
Palazuelos es una persona gentil y serena; muy respetuoso con sus horarios y
muy disciplinado en su rutina. Los compromisos que prometen la gratitud indiscutible
de su clientela se lo exigen, después de todo.
Su
atelier es amplio, con la estructura que caracteriza los pisos antiguos del
centro de la ciudad, envuelto de manera impecable en la elegancia de su trabajo
y de sus necesidades.
Ángel
Palazuelos es nativo de Guinea pero lleva años radicado en Málaga, ciudad en
donde lleva adelante, desde hace más de veinte años, su propia empresa de
diseño.
Es
muy perfeccionista a la hora de crear un modelo exclusivo para cada mujer,
sabiendo que la personalidad de cada una le dictará el diseño sobre el que
deberá basar su creación, elaborándolo de manera absolutamente artesanal.
Es
fascinante observarlo trabajar, recuperando tejidos vintage de todos los rincones del mundo y creando una nueva e
irrepetible creación con cada diseño.
Su
desfile de esta Pasarela Larios 2012 nos ha dejado un hálito de descaro
vanguardista. Ornamentado con detalles de piratería, al compás de música
caribeña en vivo, Ángel Palazuelos, ha presentado lunares, faldas vaporosas,
corpiños coloniales, rayas y plumas en diferentes colores, y ha dejado, una vez
más, su sello único, como un estigma imborrable, en una ciudad rendida de
manera incondicional a las sugerencias de su extraordinaria Alta Costura.
Un
diluvio otoñal nos llevó una mañana, a mi hijo Agustín con su cámara, y a mí
con mi curiosidad, hasta el corazón del mundo barroco de Montesco, en el centro
de la ciudad de Málaga.
Como
buena amante de la literatura del siglo XIX, el desfile de Montesco en la
Pasarela Larios del día 15 de septiembre me había dejado esa sed inquietante
por conocer a los artistas que habían conseguido transportarme, con
terciopelos, pedrería y vestidos de largas colas, a las páginas de mis libros
donde la femineidad es una obligación y los tejidos son caricias cayendo sobre
la piel, con designios inestimables de reina.
La
enorme puerta de entrada al atelier de Montesco se abrió y mi expectación se
colmó de creatividad y romanticismo.
Carlos
Aguirre y Mario Camino llevan veinte años diseñando juntos las mejores galas
para las mujeres de Málaga desde un atelier que es una joya en sí mismo:
lámparas de cristales, elegantes antigüedades, alfombras prodigiosas y
cortinados de exagerada belleza, para imprimir en sus colecciones una
personalidad atiborrada de finas excentricidades y una dulce amabilidad que te
envuelve con abrazos y sonrisas desde el primer momento en que te introduces en
sus vidas.
Son
absolutamente creativos y sus trajes llevan la característica de unas líneas
ornamentadas con la libertad de un gusto exquisito por el lujo y las
particularidades de un estilo que han sabido hacer único e irreemplazable, con
bordados artesanales y flecos larguísimos, piedras de llamativos tamaños y
brillos, estampados de ensueño y encajes que se ciñen a los escotes, combinados
con sedas que se deslizan a lo largo de las líneas.
En
una mañana de otoño, y con un diluvio que me supo a letras de siglos pasados,
me he dejado embriagar por el romanticismo y por la magia barroca de Montesco,
una familia de excelsas condiciones creativas quienes, junto a un grupo
inestimable de empresarios de la ciudad de Málaga, han conseguido que la Pasarela
Larios 2012 sea, un año más, lo que fue: un espectáculo digno de un sueño, con
realidades de Alta Costura.
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