Atrapados por las redes (Acrílico: Peter Siegrist)
Creo que ha llegado el momento de
pensar en lo que estamos construyendo y de evaluar las formas, los ideales y
sobretodo los principios, que si son mal empleados nos afectan de gravedad a
todos.
La carrera actual a través de las
redes sociales se ha vuelto un arma difícil de manejar que desafía los bajos
instintos e incita a las facilidades de expresión, fomentando la pobreza de
criterio, las amistades ligeras y las críticas, con conceptos básicos, fuera de
lógica y, lamentablemente en muchos casos se confunden los derechos y las
obligaciones. Se han transmutado las capacidades y se ha
perdido la noción de discernir entre las habilidades con las que realmente
contamos y podemos compartir y las que nos atribuimos, en un asalto de bravura
epistolar.
Creo que ha llegado el momento de
destruir el letargo intelectual en el que nos insumen estos nuevos medios de
contacto y de que empecemos a crecer con las complicidades bien avenidas, en el
respeto hacia los esfuerzos, las posiciones sociales y hacia la últimamente tan
infravalorada educación.
Nos gusta compartir, nos gusta
que admiren nuestro trabajo, que aprecien a nuestros amigos; nos gusta
trascender a través de aquellas personas a quienes queremos y encontrar
conceptos que nos faciliten el día y las decisiones. Nos gusta volcarnos dentro
de la vida de las personas a quienes admiramos y tener esa reciprocidad
productiva que nos transforme en algo meramente cercano a un amigo.
Creo que ha llegado el momento de
utilizar los medios que nos brindan las redes con más criterio, en el
reconocimiento de nuestras limitaciones y derechos. Porque si de algo estoy
segura es de que hay un sitio para cada uno de nosotros, un sitio especial
desde el que podamos desarrollar nuestras capacidades, edificarnos y
compartirlas en la seguridad de que nos leen, nos reciben, nos acompañan y nos
respetan, como la respuesta más acertada hacia nuestras inquietudes, basándonos
en un equilibrio necesario que dignificará las libertades de cada uno,
convirtiéndonos no sólo en mejores personas, sino, y lo que es más importante,
nos hará buenos amigos.
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