Resúmen personal Pasarela Larios 2013
Nada de
lo que comienza con ilusiones debe salir mal. Todo tiene su tiempo de
maduración y, como es lógico, y como sucede en innumerables ocasiones, hay
quienes recogerán más aplausos y quienes serán juzgados más que otros, pero no
porque lo exija la ocasión, o porque alguien
merezca la diferencia, sino porque, sencillamente, así es la ley de la vida y
porque siempre sucederá, aunque nos cueste adaptarnos a ese capricho de la
popularidad.
Yo, particularmente, y desde este difícil “cruce de caminos” en el que me encuentro, he admirado a todos, he aplaudido a todos con el mismo entusiasmo y me he sentido orgullosa de haber compartido con cada uno de ellos parte de sus colecciones, en la intimidad de una amistad o en un encuentro pactado, y hablaré de todos, antes o después, porque a todos les debo respeto y reconocimiento y porque, sin duda, seguiré merodeando con pasión y curiosidad, las elegantes esquinas de sus talleres y de sus capacidades artísticas.
Por eso, algunos días después, finalmente he elegido quedarme con el mejor de los regalos que han sabido darme aquella tarde del gran desfile en calle Larios: el de haberme sentido parte de una ciudad que cuenta con diseñadores de alta costura y artífices de la belleza femenina que saben vestir una pasarela de la mejor manera que se puede hacer: con belleza, con ilusión, con el delicado fruto de un trabajo de meses enteros, con un increíble talento que no dudan en compartir, incluso entre ellos y con cientos de aplausos merecidos, como un reconocimiento natural de una ciudad que los recibe, una vez más, como a sus artistas predilectos, gracias a la magia de los resultados de sus vocaciones.
Así comenzó todo. Y si comenzó bien... tiene que acabar mejor. (Málaga, Sept.'13)
Yo, particularmente, y desde este difícil “cruce de caminos” en el que me encuentro, he admirado a todos, he aplaudido a todos con el mismo entusiasmo y me he sentido orgullosa de haber compartido con cada uno de ellos parte de sus colecciones, en la intimidad de una amistad o en un encuentro pactado, y hablaré de todos, antes o después, porque a todos les debo respeto y reconocimiento y porque, sin duda, seguiré merodeando con pasión y curiosidad, las elegantes esquinas de sus talleres y de sus capacidades artísticas.
Por eso, algunos días después, finalmente he elegido quedarme con el mejor de los regalos que han sabido darme aquella tarde del gran desfile en calle Larios: el de haberme sentido parte de una ciudad que cuenta con diseñadores de alta costura y artífices de la belleza femenina que saben vestir una pasarela de la mejor manera que se puede hacer: con belleza, con ilusión, con el delicado fruto de un trabajo de meses enteros, con un increíble talento que no dudan en compartir, incluso entre ellos y con cientos de aplausos merecidos, como un reconocimiento natural de una ciudad que los recibe, una vez más, como a sus artistas predilectos, gracias a la magia de los resultados de sus vocaciones.
Así comenzó todo. Y si comenzó bien... tiene que acabar mejor. (Málaga, Sept.'13)
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2013/08/31/nosotros/NOS-12.html |
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