Carrusel (Acrílicos: Peter Siegrist)
En mi primer libro, “Entre dos
lunas”, de Editorial Vértice, menciono el hecho de que la vida es una
imposición involuntaria, atribuida por nuestros padres y de acuerdo a su
elección.
Independientemente del romanticismo acostumbrado que se le otorgue a
esta condición, la vida no deja de ser un compromiso que, como cualquier otro,
conlleva responsabilidad y, sobre todo, una fuerte dosis de habilidad para
sortearla de la mejor manera posible.
Para quienes invertimos demasiado
tiempo en cuestiones y probabilidades, esta actividad diaria, que bien podría
fluir mansamente como agua sobre laderas empinadas, se convierte muchas veces en
un carrusel que, independientemente del tiempo que pasemos en él, nos vuelve al
mismo sitio y nos obliga a preguntarnos si realmente la merecemos.
Sin embargo, la confianza que
obtenemos en la insistencia nos deja, en muchas ocasiones, pautas inestimables
que nos ayudan, si bien no siempre a resolver los problemas, a obtener la
valentía suficientemente como para intentarlo.
Es entonces cuando aprendes que:
-No siempre llega antes quien
camina más rápido, sino quien sabe hacia dónde se dirige.
-Si consideras a alguien mejor
que tú debes acercarte a él, admirarlo y aprender de él; tu progreso personal
comenzará a percibirse a través de esa sencilla actitud.
-El hecho de que seamos diferentes
es lo que nos asegura un sitio adecuado para cada uno.
-La confianza no mata al hombre,
lo enaltece, siempre y cuando la precaución lo guíe.
-Para solucionar cualquier
problema, mañana es tarde.
-El mejor regalo con el que puedan
obsequiarte es la oportunidad de conseguir algo por tus propios medios
-No delegar tus responsabilidades,
ni siquiera a tu mejor amigo, porque todos están muy ocupados en la compleja
edificación de sus propias vidas.
-No subestimar el efecto de una
respuesta: tanto como si crees que tienes algo que aprender, como si crees que
ya lo sabes, pregunta.
-Las inquietudes de nuestros compañeros
de trabajo no ponen en riesgo nuestro puesto, nos ayudan a conservarlo.
-Crecer no significa ser alto,
sino hacerse grande.
-Una crisis no es el detonante de
nuestras necesidades, sino la consecuencia de nuestros errores.
Y cuando aprendes, finalmente,
que las incongruencias y las injusticias son los platos del día,
podrás alterar levemente el resultado, y aún así, te sentirás en el punto de
partida y sabrás que la única alternativa será volver a subirte al mismo carrusel.
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