Lo que se levanta a pulso y se disfruta en el alma (Fotos: Frank Ramos y Koke Pérez/i-malaga.eu )




Desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección, el malagueño se vuelca a las calles detrás de sus procesiones para vivir una trascendencia que lo distingue notablemente de otros países que apenas celebran estas fechas religiosas.
                              

Desde las peinadas orillas del Mar Mediterráneo, Málaga es una preciosa ciudad de atractiva geografía, temperaturas suaves casi todo el año y escasas lluvias, factores responsables del carácter jubiloso de sus habitantes, siempre dispuestos a compartir,  enseñar y disfrutar de cada acontecimiento social que su entorno le brinda en riquezas patrimoniales e iniciativas sociales y culturales.
Artistas por doquier desplegando los frutos de su talento, una asiduidad turística consecuente y un público entusiasta, ávido de ellos, son los responsables de hacer de esta ciudad, sin lugar a dudas, una de las más pintorescas, confortables y atractivas de España. 

La ciudad se prepara

Unos días antes de que se extienda la alfombra roja que viste el Teatro Cervantes para el Festival de Cine de Málaga, la ciudad comienza a prepararse para otro gran evento de carácter religioso, social y cultural, declarado en el año 1980 de Interés Turístico Internacional: la Semana Santa.
Ntro. Padre Jesús, El Rico   Foto: Frank Ramos
Los primeros movimientos que nos introducen emocionalmente en esta semana tan especial en devociones y tradiciones malagueñas comienzan a desarrollarse en el centro de la ciudad, donde la Agrupación de Cofradías inicia el montaje de la tribuna que presidirá la plaza de la Constitución durante la Semana Santa, seguido del de otras dos importantes tribunas que jalonan, año tras año, su recorrido oficial: la de la Alameda Principal, en donde el follaje de sus árboles constituye un palio perfecto, convertido en uno de los impactos visuales más atractivos durante el paso de los tronos, y la de la tribuna de la curva de Marqués de Larios, en el centro histórico de la ciudad, una entrada de lujo hacia una vía emblemática e insustituible en belleza, engalanada en rojo y oro durante las noches de esta semana.

En el corazón

Quiero pensar que para aquellas personas comprometidas en llevar adelante un evento de esta envergadura, además del ajetreo habitual y de los nervios provocados por las imposiciones horarias y las expectativas climáticas, el organizarlo tiene que suponer una satisfacción muy especial y una responsabilidad igual de importante.
La Semana Santa en Málaga no sólo significa la mera ocasión de recorrer las calles más bonitas de la ciudad en la veneración de las tallas cristianas que ostentan los tronos y empaparse de ese tan esperado júbilo social a través del encuentro con amigos y familiares, sino que todo este despliegue artístico y religioso es una de las costumbres más antiguas y respetadas por los malagueños, y hasta la exageración, basada en la admiración y en el amor incondicional hacia los legados patrimoniales y emocionales de una historia que habla, con mayúsculas, de la trascendencia, de la defensa y del amor hacia sus imágenes e ideologías cristianas.
Cofradía Santo Sepulcro   Foto: Frank Ramos
Por todo eso, el hecho de llevarla adelante permite revivir tantos momentos afectivos que han dejado esa huella imborrable, cincelada por el cariño, hacia las devociones compartidas en familia. Como consecuencia, esta tradición provoca que cada imagen, cada balcón vestido de rojo y cada nota de las bandas musicales que escoltan los tronos sea un regalo emocional necesario que sumará más recuerdos, de ésos que blanden memorias inquebrantables y que se llevarán un año más las familias, para continuar deslizando esas vivencias hacia lo más profundo e imperecedero de los corazones de sus hijos.
Foto: Frank Ramos
Es muy difícil intentar resumir las percepciones vividas a lo largo de esta semana y me resulta imposible detenerme en detalles, aunque bien merecidos, acerca de las más de cuarenta cofradías que constituyen la Semana Santa de Málaga. Sin embargo, el acopio emocional, algunos días después, siempre nos deja una justa y equitativa satisfacción, convertida en un reconocimiento generalizado hacia todas las hermandades religiosas responsables de conservar intactas y bellas las esculturas de sus tronos y las vestimentas de sus cofrades, nazarenos y hombres de trono, cuya variedad de colores (que varía en función a los cánones que marque cada hermandad) y profundo simbolismo religioso son cualidades que hacen que esta ciudad se distinga notablemente de otras en la ejecución de estas celebraciones. 

Málaga en procesión

Estos últimos  años han sido particularmente especiales porque he disfrutado la suerte de la compañía de guías de privilegio, nacidos de las diferentes amistades granjeadas a lo largo de tantas actividades realizadas. Con sus relatos a pie de calle me adentraron en el corazón artístico de la Semana Santa de Málaga, guiándome entre sus calles con la facilidad de lo andado y de lo conocido de memoria y compartiendo sus experiencias familiares, que llegué a asimilar como mías a través del inmenso cariño, enseñándome la faceta cultural, artística e histórica de una semana cargada de diferentes perspectivas. 
Ntro. Padre. Jesús de la Msericordia   Foto: Koke Pérez
El nuevo trono de madera tallada que estrenará la Ilustre Cofradía de Ntro. Padre Jesús de la Paz y el Amor y María Stma. de la Esperanza, denominada la Pollinica, de la ciudad de Alhaurín de la Torre, será, como cada año, la primera en recorrer las calles de la ciudad, introduciéndose en la multitud de fieles que esperan ansiosamente revivir la histórica entrada de Nuestro Padre Jesús en Jerusalén.
A partir de ese momento, la espiritualidad toma las calles.
Los enormes tronos se deslizan lentamente, con la solemnidad que merecen las imágenes sagradas y el esfuerzo de los cofrades que las transportan se ve reflejado en sus rostros, cuya fe aligera el peso de los varales sobre sus hombros. 
Foto: Frank Ramos
Se dejan llevar por el gozo de una ilusión cumplida que habla de un año de preparativos, reuniones y ansiedades y por el respeto silencioso de una escolta formada por cientos de personas que acompañan la procesión con sus miradas desde ambos lados de las calles, iluminados de manera tenue por la luna llena que baña con un reflejo color plata las preciosas obras malagueñas de imaginería.  
Cofradía Fusionadas   Foto: Koke Pérez
Los tronos se mecen en un vaivén delicado y las túnicas de las esculturas ondean al compás del viento, incrementando la hermosura de sus líneas. Se aplaude el esfuerzo, se venera la imagen y es el espectáculo más emotivo de la Semana Santa: el que ha creado el hombre para exaltar sus creencias y su fidelidad, el mismo que brinda y recibe respuestas de cariño en abundancia.
El recogimiento general emociona hasta las lágrimas y, finalmente, las largas esperas van obteniendo su recompensa.

Hacia el Viernes Santo

Una de las cofradías malagueñas que ha conquistado especialmente mi atención ha sido la Cofradía del Santísimo Cristo Mutilado.
Cofradía Smo.Cristo Mutilado Foto: Koke Pérez
Esta particular imagen de Cristo crucificado, que actualmente se venera los Viernes Santo en un solemne Vía Crucis, adquirió protagonismo en julio de 1936 tras las profanaciones y destrozos ocasionados en España a templos e imágenes religiosas, con especial preponderancia en la ciudad de Málaga.
De la destrucción de una de las iglesias, esta talla del siglo XVIII fue prácticamente lo único que se hubo salvado, quizás por haberse encontrado en lo más alto del retablo del Sagrario. Sin embargo, fue encontrada con importantes daños en sus extremidades inferiores, habiendo perdido el pie izquierdo y la pierna derecha, desde el muslo.
Debido a su imagen, que ha querido preservarse de esa manera a través de los años, el Santísimo Cristo Mutilado, en procesión, representó durante años a los mutilados de guerra a través de las calles de su ciudad, hasta la década del setenta cuando la Cofradía se vio obligada a limitar su procesión dentro de la Catedral debido a la controversia que provocaba su imagen incompleta y a los continuos enfrentamientos sociales entre creencias religiosas y connotaciones políticas.
Cofradía Smo.Cristo Mutilado
Foto: Koke Pérez

Hoy,  mientras los ciudadanos de Málaga debaten su inclusión en el itinerario oficial de cofradías, cada Viernes Santo, el rezo de las estaciones dentro de la Catedral se convierte en un murmullo que precede a un eco solemne, envuelto en acordes de ópera; el silencio se manifiesta en el apogeo de un recogimiento absoluto, la luz busca apagarse en el camino de la Cruz y la oscuridad busca encenderse en torno a una escolta elegante y en crecimiento, que venera a su Cristo tal y como los cofrades pretenden:  a través del respeto hacia una historia que, lejos de ser ignorada, debe recordarse para su trascendencia, sin inclinaciones hacia un régimen político determinado,  sino ante un Cristo que ha sufrido una vez más y como tantas otras veces los errores del hombre y espera su comprensión haciendo frente al olvido, a la indiferencia y a las malas interpretaciones, en la resignación más sobria y paciente de la mutilación y del silencio.

 
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2015/03/28/nosotros/NOS-08.html

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